Quijote

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viernes, 15 de junio de 2007

Esquizo

Para alzar un castillo sobre el murmullo (tomado de el Quijote en el sabroso entremés del curioso impertinente p. i: capítulo xxxiv y xxxv, en donde se da fin a la inter-novela antes citada).

Del bautismo

Unción que recibe aquel que será poseso de una religión -elegida a voluntad della misma o por obligación de una parte del ghetto social- para someterse a una orden religiosa determinada con o sin consentimiento (cargas morales, impedimentos filosóficos variopintos o carentes de los sofismas básicos; por imposición, generalmente repletas de mensajes subliminales y dictatoriales imbuidos en la oratoria hipnótica de un cabecilla (cura, papa, iniciado, mandamás, pastor; gerente, jefe, dueño encubierto y soterrado por eufemismos: director; guía, capitán (lat.:capitis –cabeza-), comandante, general, presidente; consejero o lo más variado del repertorio iniciatico que suponemos ha alcanzado otro nivel –ida o vuelta- como por ej: cristo, buda, mahoma, krsna, ramma, hermes, artistas varios del ascenso o descenso –maría o eneas; por ponerte un caso- o de la ubicuidad de quien traspasa sin moverse el umbral de lo oscuro), quien dice poseer aquel secreto que tú mismo guardas en secreto en algún rincón del alma -ser etéreo más elevado que el espíritu- y que aún no percibes, pues careces de el temple necesario para saber que se va desde el momento del nacimiento (lat. nascere: desde donde se viene) a donde -sin importar un bledo la materialidad-, todos llegan materialmente, o sea: una tumba, la nada, o un ánfora; a ser desperdigado como resto en el mar, el río o la patria que se construye y que se anhela por ser expulsado, por estar lejos o porque todo esto proviene (nace) de el camino que somos y que está recorrido de antemano, porque simplemente todo es así; pero nada: entonces donde demonios queda esa consciencia de ser y estar (to be en ingles) cuando no se percibe ya con ese cuerpo fijado con otro rito para la memoria de los demás (cobardes de lo oscuro, masticando aún –se supone- la amarga manzana de la medida a la cual cualquier ser humano hermano y enemigo se agarra hasta con los dientes (y si no los tuviese la ciencia médica ha avanzado tanto los últimos años: hay placas fijas y removibles ancladas en los molares supervivientes de la grosera batalla por permanecer aquí; dientes apernados –un poco más costosos- de titanio (metal que tiene la dulce característica de fundirse con los huesos) para que esos que pueden pagar –por su buena pega, en la que ganan diez o veinte veces más que aquellos que les han dejado en una noche cualquiera –por ej. después de la operación- durmiendo placidamente bajo el efecto residual de la anestesia- duren en mejores condiciones sobreponiéndose al paso inexorable del tiempo que pareciera no consumirlos (ellos consumen), y que evitan en chácharas y reuniones sociales sea cual sea el estrato al que pertenecen ( se juntan, se encuentran, se tocan, se envidian secretamente y se despiden: se dicen:
chao! ) evadiéndose luego con juegos de la más diversa índole: fútbol, cricket o pingpong, rayuela corta o larga, ludo, ajedrez o metrópoli; go, cadáver exquisito –para los más eruditos- o bachillerato; lanzando balas, monedas, discos o satélites; recreándose, divirtiéndose o contándose luego en relatos creíbles -exagerados o minimalizados; tergiversados muchas veces; apegados a la percepción inútil de unos pobres sentidos, amando y odiando al prójimo o hablando de él –pelando- con buenas, malas o pésimas intenciones- ) y uñas -que siguen creciendo después de la muerte- a veces mal cortadas o encarnadas, yéndose guarda abajo con lo puesto o con todo lo acumulado en vida; mal o bien vivida, rutinaria, extraordinaria u ordinaria), fijando un espacio en la corteza cerebral para que hormonas varias activen la memoria de quien ya no está ( suplantándolo por un fantasma de amistosa forma, bonachón y bondadoso –bueno-, quien realiza acciones proyectadas en el súper-cinerama de la mente y cuyo director y editor es uno mismo; borrando, adelantando, sustituyendo; anclando ritmos de respiración de acuerdo al estado en que se encuentra el rememorante –el director o editor- para reír, llorar o causar estados de semi-iluminación –en donde captamos tan claramente a ese o esa en sus actitudes mínimas e importantes-, dándole énfasis a una u otra cosa que hizo, dijo o calló), para poder seguirlo o buscarlo, porque sabemos donde se encuentran sus mortales restos (mar, río, bahía, aire, terreno, mausoleos o nichos; su lugar de muerte; la hora y la fecha –el día-, rodeado de circunstancias que lo engrandecen o envilecen -de acuerdo a uno u otro- tornándolo héroe o villano –en otras palabras-, circunstancias que lo determinan en sus actos –sus últimos actos- para la desolación o la alegría de aquellos que se ligaron –providencialmente o en vínculos estrechísimos- a su perra –o muy valiosa- vida); entonces peregrinamos al cementerio u otro lugar elegido para su descanso (R.I.P), en donde yace una placa, mojón, animita o hito, corporalizándolo (entregándole un cuerpo u otro envase que acarreará sus virtudes más que defectos; dándole forma a sus acciones – o deformándolas- entregadas al espectador en forma de emoción pura (aunque el susodicho espectador llegue casualmente a aquella placa, mojón, animita o hito y sepa -condición sin equa non- de los códigos que rigen la lectura de estos símbolos para la especie humana –homo ludens, actualmente- y en cuya razón se haya establecido el síndrome de adan –o de pérdida- subyacente al conocimiento de la muerte; entonces la película pasará -cual relámpago en la noche nocturna- y llorará –o reirá- de buena gana, pues se hará parte de esa historia que la raza? Humana se ha propuesto heredar a los siglos de los siglos y a otras especies que puedan decodificar estos mensajes ( marcianos, venusinos, plutonianos, elohims de extracción diversa; jupiterinos, selenitas; extraterrestres(E.T o alienígenas -de procedencia exterior a este mundo- en son de visita, acechanza, estudio o protección; que vuelan o se suspenden en objetos parecidos a los platos donde reposa el poto de una taza; ( OVNIS -platillos voladores, aunque sobre el cielo de algunas partes se han visto también en forma de puro, banana o media luna; de estrella, esfera (foo-fighters) y cono-: objetos voladores no identificados, identificados por las siglas anteriores ha más de un quinquenio) de origen incierto y velocidades asombrosas; que suelen ascender o descender de manera brusca, cambiar el sentido y la dirección de vuelo despidiendo lenguas de fuego o rayos incandescentes de múltiples colores (a veces toman muestras de la biodiversidad terrestre –quién sabe si metales, víveres o combustible- devolviéndolos con un chip de tecnología desconocida adosado a las capas interiores del cuerpo -e inclusive en los huesos- de algunos especimenes que son capturados pajareando -paveando- de camino a casa o al trabajo, escapando -otras veces- el gallina o gallo, ensimismado, silencioso -calla’o el loro- o solitario -por lo general-; hablando -cacareando- pelotudeces consigo mismo; intacto o casi ( la memoria borrada -como un disco de tres cuartos lisa y llanamente formateado- o soterrada en lo mas profundo de la consciencia), perdidos o extraviados; con la barba crecida y el horario del reloj adelantado – o atrasado- en minutos días o semanas) , doblegado, aturdido, fuera de sí; terminando las acciones antes elaboradas en su mente) que detienen los motores y absorben la energía en un radio bastante amplio, produciendo desazón, temor o desconcierto) o intraterrestres (razas escondidas de la tontera humana hacia o en dirección al núcleo desta tierra fermosa, viviendo en las capas subterráneas que colindan al –o en el mismísimo- núcleo (que suponemos de metal derretido) tan parecido a una célula o un átomo diseñado por Bohr (celebérrimo científico de extracción danesa premio nobel (Nuevo; novi: lat. novus) 1922), vale decir, inteligencias superiores) que dan testimonio irrefutable –supongamos- de esta existencia mayormente inductiva (premisa lógica que busca teorizar desde lo particular a lo general) y que trabaja enteramente en las leyes materiales o físicas) o de sentimentalismo, o sentimientos verdaderos y profundos que le sacudirán en el momento de la contemplación de aquesta artística huella; le dejará un tanto pasmado y/o reflexivo de la existencia, preguntándose –o simplemente afirmando- de la vacuidad y lo maravilloso de esta misma (que se manifiesta de tan variada forma y con tan distintas finalizaciones o remates)), asignándole un lugar definido en el tiempo y el espacio en el que desafortunadamente residimos y en el cual vegetamos o nadamos hacia delante, empujados por las acciones o la reacciones de esos otros que comparten esta temporalidad (contemporaneos) y del clima que vamos modificando por las acciones del progreso, entibiando el planeta unos grados más (que pronto serán unos grados de menos : glaciación) y derritiendo los eternos hielos intocados que inundarán la patria de los que viven en las playas del mundo; entonces aparecerá un noe que elegirá a esos que se salvarán: con un lector infrarrojo leerá los códigos de barra tatuados en la nuca o en la mano, o un chip de alta frecuencia responderá con un beep de ultrasonido que abrirá las enormes puertas de su portaaviones y dibujará una sonrisa en las parejas afortunadas que ingresen en esta enorme mole metálica de salvación. Habrá algunos casos claros de nepotismo ( lat. nepos, otis, sobrino: fig. Favores desmedidos que dan algunos políticos o funcionarios a sus parientes y amigos ) y muchas simpatías y sobajeos; cartas, e-mails, sobres con dinero o cartas bombas; protestas a favor y en contra.) del ungido, parecido a otros sacramentos u obligaciones impuestas para la legitimización de unos lazos inciertos que derivan en deberes contractuales entre el(la) sacramentado(a) y la instancia correspondiente de legalización social (iglesia, culto, profesión de fe, secta; afp, sindicato, ongs, etc) ; llamándolo a uno(a) esposo(a), bautizado(a) (para lo cual se usan pilas –distintas a la modernas pilas alcalinas-, piletas, ríos, lagunas, mares y cualquier forma que se parezca al agua -aunque para ciertos contratos usase también el fuego o la tierra o una simple rúbrica- desmanchadora (en química, solvente universal) o purificadora), fallecido(a), afiliado(a) o expirante (en estos casos úsase el aceite –con características hidrofóbicas- no de comer (aunque en una emergencia...) ni de aceitar las maquinarias (automóbil, ambulancia, carroza fúnebre, carretón de mano, proseción en andas) para transportar los helados cuerpos a la morgue, en la cual serán expedidos los correspondientes certificados de defunción, firmados por los parientes más próximos previo reconocimiento (careo) del cadáver en cuestión –que no es más expirante- y tal vez después de algunas horas de papeleo previo, pueda descansar en un cementerio, nicho, patio de los callados, ánfora, nube o mar (y todas las variantes geográficas posibles) en paz para ser visitados en frecuencias cada vez menores por los deudos (que tal vez sí mantengan una deuda con el afectado) uniéndole indisolublemente -mientras su cabello ralea- a ese golpe de facto y alegoría del desperdicio. Veinte años no cambian de ninguna manera aquellos vacíos legales insoslayables -documentados muy bien en ciertos gobiernos diligentes- (pero para los cuales existe un estado transitorio –o de paso-) entre el cumplimiento y/o el incumplimiento contractual de las partes (purgatorio?) y de cuya acción pendemos como títeres en el masturbatorio: ellos también, sufren la amputación torrencial de un cuerpo inmóvil ( es posible ) en un lugar determinado y carecen de las huellas necesarias para evocar todo con pleno sentido –últimos momentos, últimas palabras ( escuchadas o dichas)-, últimas acciones -presenciadas o no-. Pero fundamentalmente adolecen de la materia brezo de sus acciones y pensamientos; ese algo que identifica ese bistec rostizado yacente en la plancha –nada culinario: la plancha de la autopsia- y que otorga secretos indicios que individualizan ese cuerpo agujereado –o quemado o lascerado, carente o falto de un miembro o de todos, deformado por los golpes, amputado, enmasculado, degradado, semipodrido o francamente putrefacto; de olor nauseabundo, de colores que varian desde el morado al negro –a veces enteramente rojo o blanco- o decapitado; dedos quebrados -o piernas-, torso doblado o reventado, hinchado de agua, etc- y que logra distinguir esa sonrisa entregada para la foto que se guarda en el álbum familiarde esa otra un tanto ausente o “inubicable” y potencialmente viva –jamaica, las bermudas o argentina, europa y las playas fashion de la península ibérica- que porta, tal vez, su celular apagado –o fuera del área de cobertura-, descargado o descompuesto; con sus pilas(aquí si son las pilas antes mencionadas; alcalinas o de compuestos radioactivos) agotadas o vencidas; perdido, secuestrado o escapado (por poseer un contrato con una medianaranja insoportable desgajada, seca (cargante, tal vez, o tal vez amante de las situaciones insostenibles, o tierna pero jugosa), vieja, inmadura, hiperquinetica o esquizoide -de dudoso equilibrio mental- agria o fermentada fruta añeja, repetitiva, rallada gata en celo, araña sexópata peluda y bigotuda -tarántula erizada-, símil de su madre odiada o tan querida; tal vez esposo emborrachado golpeando crios –descargándose- o amante impotente; tal vez, barbado esposo poncherudo de cinturón latigudo, papacito de tres piernas(insaciable); trabajólico obrero desafortunado (derrumbe!) o solitario empedernido; demonio con diadema, padre filudo; taxista mofletudo; homosexual travestido en padre poncherudo), secretamente fallecido ( a veces también es visto por ahí –desdoblamiento, imaginación popular, rumor, según sea el caso: muerto o mito: leyenda –comprando, transitando tranquilo por una calle poco frecuentada -o atestada- de gente que realiza lo mismo: transito, rutina, viaje, compras, etc, pero en la cual deja unas huellas posibles y por sobre todo esperanza (confianza, fe, seguridad, certeza, certidumbre, ilusión, paciencia creencia) y verdad – verdad del cuerpo que aún respira, que aún vaga perdido; verdad a medias ocultada pero plena -con la cual se adquieren fuerzas para seguir fabulando y deseando- verdad con un sentido indescifrable pero absoluto; verdad de la inconsciencia en radianes vibrantes de verdad verdadera:, irrefutable, indesmentible, cuajada en el tiempo; pequeña verdad –pequeña mentira- o gran verdad; tragada de a montones por el tiempo-): enterrado en un lugar desconocido, hundido con el estomago abierto y de pulmones hinchados (muertos o no tanto rodeados por fantasmas agobiados con un cuerpo mantenido por completos, shops o varios; con accesos de locura, imnsomnes, de pastillas recetados por un especialista que cobra honorarios; de gestos torcidos para la muerte -para ellos, para ese, para uno o para varios-);deshecho en rosarios: en obituarios. Llamado por la prensa en lugares diversos, rezado de desconsuelo a diario (ejercicio feroz –pero ciudadano- que fortalece y tonifica los bíceps del alma); con estertores y plañideras – posibles de contratar vía El Mercurio-. Convocado de boca en boca: organizando marchas, romerías y velatones de alegres protestas crepusculares en los días señalados para el aniversario, conmemoración o natalicio - y toda índole de técnicas masoquistas ( autorizadas o no por el señor del ministerio tanto o cuanto)-, buscando una paz que los sagrados sacramentos-o contratos- no entregan, pues su base reside tanto aquí como en el más allá (cielo, nirvana, estados dionisiacos o semi-iluminatorios), dependiendo de la carne hecha verbo en la persona x – o al portador –, alfa u omega; abreviándola en números y letras que clasifican su estado y posición social ( abc1, abc, c, d, e, f o z) –fichándolo- en un sistema completamente computarizado -cuyo cerebro invisible nos rige- que analiza una pauta – ruta- de comportamiento categorizada de acuerdo a otras pautas de comportamiento (posibles de eludir ascendiendo en la gran escala de PODER) moral, amoral o inmoral y en donde descansa la lógica funcional del contrato (escapada por supuesto a la lógica de diosito - y sus ordenes arcangélicas-, krsna –y sus ordenes de dioses semidioses bramanes y castas- cristo -unigénito del único (podríamos decir personalidad superior (con esto me refiero a la persona-verbo de la trama divina), de ese (non nominum, n.n, sin nombre, innombrable, inenarrable)- y otro(a)s cuya potestad no entendemos); mientras la alma encanece, el cuerpo envejece y lisa y llanamente muere.

5 comentarios:

K. dijo...

omo si ubieses hurtado las letras de mi abecedariodecorado con tu olr,lo mismo ke me paso con maria rilke

K. dijo...

omo si ubieses hurtado las letras de mi abecedariodecorado con tu olr,lo mismo ke me paso con maria rilke

Anónimo dijo...

Nene...sólo escribo para que vea que pasé por akí, pero no he tenido nadita de tiempo para leer...trataré de imprimirlos ya??



Se me cuida!!

Malicia Blues dijo...

Oiga ya pues, comente; yo también le puse patitas y ya verá qué tal quedó. Necesito sus comentarios a estas horas de silencios y lluvias. Lo felicito por el cien pies. Mis saludos a él.

Blusa Transparente dijo...

Escribe,Eduardo, escribe