Quijote

Quijote

jueves, 6 de marzo de 2008

Me hago patria en ti

















¿Puede arrojar amor una parte del cuerpo?


¿Puede arrojar amor

una parte cercenada del cuerpo?



Mi cabeza fue arrancada

por las manos de tu amor


¿Puedo seguir amando de esa manera?


¿Puedo seguir amando sin las piernas

ni los brazos?


Yo

sigo amando

mientras quede algo que respire

,mientras quede algo que ocupe mis pulmones

,mientras quede algo que haga en mi

, memoria.


Puedo seguir amando un cuerpo mutilado

,puedo seguir a través de una pierna arrojada

en un accidente de tráfico

en un accidente de automóviles deslumbrados

de automóviles borrachos.


Puedo seguir amando

.

Tú ,que estas ausente,

Tú, la mal venida

¿Por qué no estas?,

¿Por qué no estas?


Tú, mi amor

mi amor mi amor

mi amor desmembrada



Amo el centro de ti

Aunque yo

no tenga piernas

ni cabeza

ni estomago

ni páncreas

porque mis pulmones respiran

.

Para ti mi amor este poema

para ti,

porque tu me olvidas cada vez

porque me olvidas cada vez

porque me olvidas

.Mi amor,

mi amor


Te dedico este poema mutilado


.Me hago patria en ti


Para Carla

martes, 4 de marzo de 2008

Caballo sin sombra


El silencio pasa al galope
como un caballo blanco sin sombra

.



¿Por qué callan sus herraduras?



Al galope pasa

presa de espanto
,el caballo desbocado
del silencio sin rumbo.


sábado, 1 de marzo de 2008

Trece

Decirlo

len

to?


¿Rápido cual rayo

La boca

Una lánguida lengua

Desparramada?


Eso no.


¿por qué vienes

y en el agua esperas?


¿Eso? No.


¿Un por qué abatido

Y ojos delineados en las famélicas

Mascaras de la pupila?, ¿y aquí?,

¿la visión titilante de la nada que formas,

el poliedro que sin nombrar palpita en los músculos

y ocupa el lugar del no-nato que eres, acariciándolo?


No.


¿Eres la forma que de ti toma su nacimiento

Y apartada te repite con su nombre

En su duda y te olvida?


No es así


¿Los niños rotando a la inversa

como las manos, las ánforas

hambrientas de la opaca ceniza vislumbrada,

un funcionario oscuro que se vuelca en sus papeles,

las altas matrices que saltan por las ventanas

como llagas maduras, su razón de cambio

mientras yo lloro frente a un espejo?


¡No!


¿el reverso de tu ángel curvado en su espalda,

que maldiciendo, vuelve dulce el lugar;

la dilatada pupíla de la muerte que llamándo

entona en tus pasos la melodía que ahora no recuerdas

la espera del no sé qué y el no se cuanto

en las cosas inseminadas por los hombres?


No. Así no.