Quijote

Quijote

jueves, 9 de octubre de 2008

Su singularidad le es indispensable para mantener la vida de un modo económicamente correcto. Es más aún, lo precario de las circunstancias, dan a este ser un alarde humano que, en la violencia dental de su risa, nada opone a su anterior llanto, sino que, por el contrario, manifiesta una interrupción habitual en el curso de las cosas: risa y llanto, provienen de la desolación de que da cuenta en una contorsión estática y dilatada (fig 1).
(fig 1)

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la violencia quebrada de su risa, la desolación de este gesto único (propio de los bípedos)
puede dar cuenta precisa de la musculatura abdominal desarrollada que posee y que le permite lamentarse, erguido completamente en sus dos pies.
Por otra parte no es menos cierto que el espasmo del llanto contribuye de manera directa también, en asumir, de manera correcta, la posición vertical de su cuerpo (fig 2).
(fig 2)

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la blancura de sus dientes, la percepción de la blancura de sus dientes y su labios arqueados en una mueca espasmo, la desaparición de su rostro y la transfiguración de la sonrisa en la exasperación de la muerte; la voluptuosidad de la carne arqueada que no desnuda aún las encías, la praxis, y todo lo circundante, dan cuenta de una risa diabólicamente sexual, presentándola de manera violenta en el transcurso normal de los hechos. Su singularidad radica precisamente en lo absoluto de su forma (fig 3).
(fig 3)

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