arrojados tienden sue exhaustas manos
.Polvo sobre mi cara, polvo en mis pies
polvo en mi, como la muerte respirando
en mi nuca derramada en las sábanas
,y mi mano sosteniendo un cerebro andrajoso.
Polvo en mi, polvo y perfumado
desde anaqueles inconclusos
,todo a medio hacer
,como una estela fulgurante.
Zumbidos rezos, jaculatoria y miasmas
Oprimidos en las paredes
,prova forza, omniun est
descascarándose, inoscencia y radiante
continuidad de la muerte, sembradora
;otros pastizales arden
como tu semejante izando patrios pabellones
pobres; vuelve hacia ti, como un ejército
a la desbandada, anorgásmica criatura de velo.
Hoy desperté con sonrrisa en polvorosa
agregando altura a la altura de mis manos
cual rosa negra y cultivada, feroz de sus límites
tersa mortuoria allegada
;pálpeme el escorbuto de mi iris, lonja
en el ojo su postura hipnótica
sembrado de muertos en tierra.
Te recogen manco, ebrio
en una ciudad olvidada
donde todo es parecido a un rostro
olvidado en el asfalto húmedo
de tu craneo. Allí como sombras insomnes
vagabundeas fiebres; extractos
de pura luscia, de lámpara
cual soledad en el filo del día.
Amanece derruido el paisaje
con ojos rojos
;amanece tierra y sol amanece
como lágrima tibia en el firmamento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario